GINEBRA — El presidente de la FIFA Gianni Infantino puso sobre aviso al fútbol mundial. Le pidió imaginar, y quizás esperar, grandes cambios en sus competiciones internacionales durante los próximos años.
La FIFA accedió a estudiar si las Copas Mundiales de hombres y mujeres pueden realizarse cada dos años en vez de cada cuatro. Infantino preguntó si sería posible alternar esas competiciones con los campeonatos continentales para llenar el calendario con torneos de selecciones cada año.
Asimismo, Infantino respaldó la posibilidad de conversar con los clubes sobre proyectos nuevos, como la Superliga que estremeció al fútbol europeo el mes pasado con una amenaza de secesión. La reacción encabezada por la UEFA acabó rápidamente con el plan.
A raíz de algunos reportes, según los cuales la FIFA alentó en secreto a grande equipos para rebelarse contra la UEFA y su Liga de Campeones, Infantino insistió durante una conferencia de prensa en que la gente “debe mirar los hechos y no atender a rumores ni a chismes de pasillo”.
Durante más de tres meses, la FIFA se ha negado a responder preguntas específicas de The Associated Press sobre la participación de su presidente en conversaciones con los clubes que impulsaron la Superliga, encabezados por el Real Madrid.
“Hablar con algunos clubes no significa en modo alguno que la FIFA haya estado coludida o detrás o en la planificación de ningún proyecto de una Superliga, de ningún modo”, recalcó Infantino el viernes.
Pero enfatizó que nunca ha cerrado la puerta a las conversaciones sobre nuevas ideas.
“Ésta es la forma en que yo vivo la presidencia de la FIFA”, dijo Infantino, quien ganó la elección en 2016, como candidato oficial de la UEFA, donde se desempeñó durante años en varios puestos.
La FIFA y la UEFA han tenido a menudo una mala relación desde hace cinco años, cuando Infantino se mudó de organización. Si el líder de la FIFA alcanza sus nuevas ambiciones, pondría en riesgo algunas competiciones europeas.
Infantino aprovechó también la plataforma de la reunión en línea entre 211 federaciones que integran la FIFA para enfatizar que el fútbol necesita romper el dominio de Europa y Sudamérica, dentro y fuera de la cancha.
“Existe una concentración del dinero y del talento de los jugadores, que no sirve a los intereses ni al desarrollo global del deporte”, advirtió. “No podemos simplemente hacer caso omiso de esto.
“No percibimos oportunidades equitativas en el mundo. No necesariamente vemos tampoco demasiada solidaridad, para ser honestos”.
Infantino retrató a la FIFA como el protector de la familia futbolística mundial, dispuesto a modificar formatos de competiciones y calendarios en aras de una mayor equidad.