Las personas que envían dinero a México este año se han enfrentado a un nuevo desafío: el "superpeso".
La moneda mexicana alcanzó durante el verano los niveles más fuertes frente al dólar estadounidense en casi ocho años.
El aumento vertiginoso del peso ha erosionado el poder adquisitivo de los hogares en México que dependen de las remesas del exterior. El aumento de la moneda significa que cada dólar enviado a casa rindió menos pesos que antes.
Sumado a la inflación interna, el poder adquisitivo de las remesas caerá este año con respecto al anterior por primera vez en una década, según Gabriela Siller Pagaza, economista jefa de Banco Base.
“Para los receptores de remesas lo que realmente importa no es la cantidad que reciben en dólares sino cuánto pueden comprar en México con esto”, dijo Siller Pagaza.
En los 12 meses que concluyeron en agosto, la gente envió más de $62,000 millones en remesas a México, según el Banco Base. Durante el mismo período, el peso avanzó más del 15.6% y la inflación anual llegó al 4.64%.
Siller Pagaza estima que el poder adquisitivo de las remesas en México disminuirá 9.9% este año, la primera caída en una década y la mayor caída porcentual en 13 años.
El peso ha caído desde sus máximos de menos de 17 pesos por dólar estadounidense en julio, recientemente cerca de 18 pesos por dólar la esta semana. A principios de año, cada dólar estadounidense valía 19.46 pesos.
El aumento de la moneda mexicana ha sacado más dinero de los bolsillos de quienes envían dólares estadounidenses a México. Las personas que buscan enviar dinero al país desde EEUU se han visto obligadas a aumentar la cantidad para intentar mantenerse al día.
Por ejemplo, en el pico del peso en julio, una persona que quisiera enviarle 1,000 pesos a alguien en México tendría que enviar alrededor de $60. Un año antes, costaba alrededor de $49.
Eric Vásquez, un ayudante de camarero de 44 años en un restaurante de la ciudad de Nueva York, es una de esas personas que ha tenido que aumentar sus envíos de dinero para su esposa y sus tres hijos que viven en la Ciudad de México.
"Antes mandaba $100", dijo Vásquez afuera de un negocio de transferencia de dinero en la sección Corona de Queens, Nueva York. "[Ahora] Tengo que mandar $130, $140 para cubrir gastos”, explicó.
Esas transferencias de dinero incluyen matrículas de la escuela de sus hijos, comida y transporte.
Vásquez dijo que últimamente ha estado enviando cerca de $200 por semana a México:
“Entre más crecen los hijos, más dinero hay que mandar”, dijo.
Melchor Magdaleno, de 33 años, dijo que durante los últimos tres o cuatro meses ha estado enviando $120 al mes a su esposa y cinco hijos en Tlapa de Comonfort, en el estado de Guerrero, en el sur de México. Solía enviar $100 cada dos semanas, dijo, pero este año aumentó la cantidad debido al tipo de cambio y los mayores costos en México.
La inflación en México ha disminuido en los últimos meses, pero sigue aumentando un 4.45% interanual, según la última lectura.
Dilip Ratha, economista del Banco Mundial especializado en remesas, señaló que las transferencias de dinero a México se han disparado en los últimos años, impulsadas en gran parte por la fuerte economía estadounidense.
Pero la apreciación del peso, ligada en parte a la casi deslocalización de la manufactura de Asia a México y a la fortaleza económica tanto en EEUU como en México, podría perjudicar a los hogares mexicanos que utilizan las remesas para sus presupuestos familiares.
Ratha dijo que algunas familias podrían recortar ciertos gastos para manejar costos fijos como el alquiler o las hipotecas.
"La gente seguirá enviando dinero, pero el hecho de que las economías se están desacelerando y la inflación está aumentando, su poder adquisitivo se está erosionando", dijo Ratha. "Los efectos de la situación en el bienestar serán bastante significativos".
México es el segundo mayor receptor de remesas a nivel mundial después de India. Las transferencias representan alrededor del 4% del producto interno bruto del país.
Si bien es probable que las remesas vuelvan a alcanzar un récord este año, la tasa de crecimiento probablemente se desacelere, dijeron los economistas, a medida que los remitentes y los receptores luchan contra la inflación, lo que reduce los presupuestos de los hogares.
Y los impactos podrían sentirse tanto en EEUU como en México.
"Los mexicanos en Estados Unidos y sus familiares en casa enfrentan una inflación más alta y el crecimiento de los salarios no se ha mantenido al mismo ritmo en ambos lugares", dijo Ratha. "El consumo tiene que adaptarse".
— Traducción hecha por Sergio Cándido, jefe de redacción, TELEMUNDO Digital.