Buenos Aires, Argentina.- Cuando 500 años atrás Magallanes y Elcano dieron su primera vuelta al mundo lo hicieron por aguas limpias, libres de plástico, y volver a ese estado, a la par que emular a los dos aventureros, es el objetivo del velero "Pros", que está realizando una circunnavegación contra los microplásticos en los océanos.
La embarcación de 21 metros partió el 20 de septiembre pasado de Sanlucar de Barrameda, en España, dando inicio a una aventura que durante tres años los llevará a recrear la primera vuelta al mundo, realizando las misma paradas en fechas similares, en un ruta que este lunes llevó a sus tripulantes a Buenos Aires.
Durante el viaje, que se divide en 20 etapas, recogerán muestras de agua para analizar la cantidad de microplásticos -plásticos con menos de 5 milímetros de diámetro- y trazar un mapa con la contaminación por estos materiales, en colaboración con el Instituto Español de Oceanografía.
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EL PELIGRO DE LOS MICROPLÁSTICOS
"Los científicos empiezan a preocuparse por cómo eso se va incorporando en la cadena trófica del ser humano, porque esos microplásticos forman parte de la alimentación de los peces, de los que luego nos alimentamos", aseguró a Efe Diego Fernández, capitán del Pros para la nueva etapa que culminará en Punta Arenas, en la Patagonia chilena.
Los microplásticos se encuentran presentes en productos de uso cotidiano como dentífricos o cosméticos y llegan hasta los océanos a través de los sistemas de desagüe, aunque también pueden producirse por la descomposición de plásticos de mayor tamaño.
Fernández dará el relevo en Buenos Aires a Francisco Ruiz, quien capitaneó el velero desde el pasado 13 de noviembre, continuando con la dinámica de rotación de personal -cada etapa la realiza una tripulación de siete personas- que permitirá culminar la aventura gracias a la labor de 140 voluntarios de "Amigos de los Grandes Navegantes y Exploradores Españoles".
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"UN PROYECTO DE LA HUMANIDAD"
El capitán saliente destacó a Efe que, pese a que esta aventura fue ideada por instituciones españolas, es "un proyecto de la humanidad", que vivió un salto cualitativo gracias al hito que Magallanes y Elcano iniciaron el 20 de septiembre de 1519 y que finalizó tres años después con 18 supervivientes de los 250 marineros que componían la tripulación inicial.
"Eran hombres de hierro en barcos de madera", afirmó Ruiz, quien reconoce que la aventura que realizan cuentan con muchas más facilidades que la de hace cinco siglos.
"Las embarcaciones de ellos eran de madera, muy resistentes, pero no eran marineras. Nosotros podemos ir más contra el viento, ellos no podían nunca ir hacia el viento, tenían que esperar, por eso tardan más tiempo", agregó.
Además ahora cuentan con comunicación por radio, localización satelital, y otras comodidades como una nevera -que "a veces se estropea"- y un sistema desalinizador de agua, que les permite tomar "de vez en cuando una ducha de agua dulce rápida y ligera".
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MÁS DIFÍCIL QUE EL VIAJE A LA LUNA
En este aspecto coincide Diego Fernández, quien compara la primera vuelta al mundo con la llegada a la Luna, y asegura que esta última fue "más sencilla" porque "se sabía adonde se quería ir".
"Hace 500 años no sabían exactamente adonde iban, incluso todavía había quien dudaba que la tierra era redonda y esperaban encontrarse el precipicio donde caían todo el agua y todos los barcos", señaló el capitán entrante.
Parte de la aventura del Pros consiste en transmitir los valores detrás de la odisea de Magallanes y Elcano por todos los destinos que atraviesan, en lo que organizan mesas redondas con historiadores y expertos locales.
Para Francisco Ruiz, quien además de marinero es historiador, lo más destacable de la primera circunnavegación es que permitió "el contacto de unos pueblos con otros".
El recorrido que realizan los nuevos aventureros es casi idéntico al original, con la única excepción de que bordearán la costa occidental de Suramérica por Chile y Perú hasta llegar a Guayaquil, Ecuador, antes de poner rumbo a la Polinesia, donde permanecerán "varios meses" con el objetivo de "evitar los tifones y las tormentas que se producen en la segunda mita del año".
La falta de información meteorológica fue otro de los grandes inconvenientes que afrontó la expedición de Magallanes y Elcano, que pasó dos meses parada en el océano Atlántico por falta de vientos.
Ruiz afirma que todavía se pueden realizar hazañas de ese calibre y que nunca faltarán los nuevos retos, ahora más vinculados a la tecnología.
"El hombre siempre tiene un reto delante de él", afirmó el capitán, quien después de dos meses en el mar valora entre risas la posibilidad de hacerse "guardabosques" y anhela regresar a España para reunirse con su familia, con la que quiere celebrar la navidad aunque sea en enero.