West Palm Beach

“Fue un genocidio”: joven que vivió encerrado en una jaula en el garaje de su casa

La fiscalía indicó que estas acciones fueron crueles, intencionales y con malicia; y le ofrecieron un acuerdo de culpabilidad a cambio de 2 años de prisión que el padre no aceptó.

Telemundo

MIAMI, Florida - En el cuarto día del juicio contra Tracy y Tim Ferriter, ambos acusados de abuso infantil en un caso que tiene lugar en la corte de West Palm Beach, se conocieron nuevos detalles tras ser señalados de encerrar a su hijo adoptivo en el garaje de su casa.

En enero del 2022, el hijo adoptivo de la pareja logró escapar de la casa. En ese entonces tenía 14 años y le dijo a la policía de Júpiter que lo dejaban encerrado por horas en el interior de un cuarto pequeño en el garaje de la casa.

La fiscalía le preguntó al joven, quien estaba presente a través de videoconferencia, como le hacía sentir estar en ese cuarto. Y el adolescente contestó que “haber estado encerrado en ese cuarto fue deshumanizante casi como genocidio, muy triste, abusar de un niño que solo actuaba como niño”.

ASÍ VIVÍA EL MENOR

Los juicios contra ambos se realizan de forma separada. En el juicio contra el padrastro, la fiscalía indicó que estas acciones fueron crueles, intencionales y con malicia.

Pero antes de llegar a este punto le ofrecieron un acuerdo de culpabilidad a cambio de 2 años de prisión, trato pero el padre no aceptó. Ahora, en caso de ser hallado culpable, podría enfrentar hasta 35 años de cárcel.

“Había una estructura, un cuarto pequeño en forma de caja que fue construida en el garaje. El lugar no tenía ventanas, tenía un colchón y un box spring, un balde en la esquina y un escritorio”, dijo Brianna Coakley, de la fiscalía.

En su interior había un colchón, un escritorio, libros, una cámara de vigilancia y un balde en el que creen que el menor hacía sus necesidades.

Al menor se le permitía asistir a la escuela, pero era "obligado a permanecer en la estructura el resto del día", dijo la policía.

La defensa del padrastro describió una perspectiva muy distinta y aseguró que un patrón de comportamiento peligroso e incontrolable lo forzó a construir una estructura similar en su casa en Arizona, pues los padres temían que el joven le hiciera daño al hijo recién nacido que tenían. 

Prya Murad, abogada de Ferriter, dijo que “una mala crianza, no convierte a alguien en un criminal. Criar erróneamente a alguien no significa que se les tiene que imponer cargos criminales. Los hace humanos".

La defensa indicó que los padres se enfrentaban a una situación imposible, y tuvieron que tomar decisiones muy difíciles para proteger a sus otros hijos y a la comunidad. “Esta familia va de lugar en lugar, de cita en cita, tratando de de averiguar cómo se le puede dar ayuda a este niño, como tener un diagnóstico y cómo obtener medicamento que cambie su comportamiento”.

El juicio está pautado para terminar este viernes, pero podría alargarse hasta la semana que viene, cuando se de el verdecito final del caso.

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