Funcionarios de salud del estado de Florida confirmaron el martes un nuevo caso de malaria, elevando a ocho el número total de infecciones de malaria autóctonas en EEUU desde mayo.
Estos casos son los primeros de su tipo en dos décadas dijeron las autoridades.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) habían anunciado en junio 2023 que las infecciones eran adquiridas localmente, al no estar relacionadas con viajes al extranjero y con lo representan una emergencia de salud pública.
El caso más reciente fue identificado la semana pasada en el Condado Sarasota, donde se han reportado siete de los ocho casos de malaria en Florida.
Adicionalmente, el Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas reportó en junio otro caso de malaria autóctona, independiente de los ocurridos en Florida. El paciente texano, un miembro de la Guardia Nacional que estaba destinado a lo largo del Río Grande, fue inicialmente diagnosticado erróneamente con una infección viral.
La malaria es una enfermedad seria, potencialmente mortal, causada por un parásito que generalmente se transmite a los humanos a través de la picadura de mosquitos hembra Anopheles. Los síntomas típicos, que suelen aparecer entre 10 días y cuatro semanas después de la picadura, incluyen fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, fatiga, náuseas, vómitos y diarrea.
La malaria fue considerada erradicada en EEUU en 1951, aunque todavía se reportan alrededor de 2,000 casos anuales, la mayoría en personas que han viajado a áreas endémicas fuera del país.
La Dra. Monica Parise, directora de la División de Enfermedades Parasitarias y Malaria de los CDC, expresó que los brotes de malaria en EEUU han sido históricamente "relativamente pequeños y contenidos". Parise considera que el actual brote en el condado Sarasota sigue el mismo patrón y no es previsible que se convierta en una epidemia a nivel nacional.
El parásito que ha causado los casos recientes en EEUU es el P. Vivax, el cual, aunque no es tan letal como otros parásitos de malaria, puede permanecer en el hígado y causar recaídas meses o incluso años después de la infección inicial.
La malaria es una enfermedad grave que puede progresar hasta la muerte.
El tratamiento típico para P. Vivax comprende tres días de un fármaco para eliminar el parásito de la sangre, seguido de dos semanas de tratamiento domiciliario para erradicarlo del hígado.