SAN DIEGO, California - El perder a un ser querido por COVID-19 es difícil, pero para una familia de San Diego el dolor es indescriptible, ya que perdieron a sus padres con solo horas de diferencia a causa de esta enfermedad.
Blanca Estela y Juan Manuel Rodríguez iban a cumplir 49 años de casados en marzo. La familia dijo que los padres eran inseparables en vida, y también lo fueron en la muerte.
“Es un dolor tan grande, tan inmenso que no quiero que nadie lo pase porque perdí a mi mamá y a mi papá el mismo día y yo los quiero de regreso”, dijo Cynthia Rodríguez, hija menor de la pareja, con lágrimas en sus ojos. “Los quiero aquí por favor”.
Para Rodríguez y sus hermanos haber perdido a sus padres ha sido el golpe más duro en sus vidas.
“Realmente el COVID nos quitó a nuestros papás, nos los mató, los mató”, dijo Blanca Velázquez, hija mayor de la pareja.
Sus hijas recuerdan que sus padres se hicieron novios desde la preparatoria y con el tiempo tuvieron cuatro hijos, seis nietos y un bisnieto. “Mi papá dice que desde la primera vez que la vio iba a ser su esposa”, señaló Velázquez.
Todo iba bien, hasta que el mes pasado sus vidas cambiaron de la noche a la mañana cuando el coronavirus tocó su puerta.
“A mí me dolía la cabeza y empecé a toser un poquito”, dijo una de las hijas.
La primera en mostrar síntomas fue Velázquez, y fue el 17 de enero. “Ese día dijimos mañana nos vamos a hacer la prueba”, señaló Velázquez.
El plan era ir todos juntos, pero al amanecer hubo un problema. Se hicieron la prueba del COVID-19, y al próximo día recibieron los resultados. Dieron positivo. El único que no se hizo la prueba fue el padre, así que lo aislaron en una habitación, pero esa noche sucedió lo que temían.
A los tres días, tanto su padre como su madre despertaron con dificultad para respirar.
“Mi hermana le habló a la ambulancia porque estaban muy malitos. Se llevaron a mi papá primero porque se veía más malito y luego llegó otra ambulancia por mi mamá y se los llevaron a los dos”, apuntó.
Pero no fueron internados en el mismo nosocomio. El padre fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos en el centro médico Kaiser Permanente en Kearny Mesa y la madre también en el hospital Kaiser, pero en el conocido como Zion.
“Lo que duele más es que no puedes estar ahí con tu papá o tu mamá para decirles que iban a estar bien. Es algo bien feo, peor que una pesadilla”, señaló Juan Manuel Rodríguez Jr., hijo de la pareja.
La angustia aumentó cuando el 8 de febrero, recibieron una llamada del hospital. Les informaron que su papá estaba perdiendo la batalla y que tenían que dos familiares podían despedirse de él en persona y el resto por medio de una video llamada.
“Mi mamá también estaba en el video, le dijimos a mi papá que lo queríamos y que siempre lo íbamos a querer. Y mi mamá, mi mamá le dijo que era el amor de su vida y que siempre, que siempre lo iba a querer”, dijo Velázquez.
Un par de horas de haberse despedido de su padre, recibieron otra llamada, pero esta vez era del hospital donde estaba internada su madre.
“Dijeron que a mi mamá no le quedaba tiempo y que fuéramos a despedirnos”, dijo Velázquez.
Ese mismo 8 de febrero ambos fallecieron con solo cuatro horas de diferencia, pero dijeron que una enfermera les informó algo que no esperaban.
“Dijeron que fue muy raro porque mi papá empezó a irse a la misma hora que mi mamá se murió. Dicen que fue como una explosión en su cuerpo, que todo lo que le podría haber pasado le pasó en ese momento”, dijo Velázquez.
Según Velázquez, a la misma hora que su madre dio su último respiro, los pulmones, el cerebro, los riñones y el corazón le dejaron de funcionar a su padre.
Su familia dijo que ni la muerte los separó. Ambos tenían problemas de diabetes.
Hasta el momento la familia no sabe cómo se contagiaron. Ellos dijeron que solo salían de casa para ir a citas médicas o en ocasiones para comprar alimentos. Agregan que ambos estaban entusiasmados para que les tocara ponerse la vacuna, y justo hace días se les notificó que sus citas para vacunarse ya estaban programadas, algo que nunca pudieron hacer.
La familia está recaudando fondos para los gastos fúnebres.