Adriana Pérez cuenta que fue abandonada en el desierto cuando cruzó la frontera pero la Virgen Morena la ayudó a reunirse con sus hijos.
SACRAMENTO – Adriana Pérez, asegura que es una fiel devota de la Virgen de Guadalupe y que gracias a un milagro, logró llegar a EEUU para reunirse con sus hijos.
La mujer cuenta que hace muchos años, cuando cruzó la frontera por los cerros de Arizona, fue víctima de acoso por parte del coyote.
Pérez no cedió a las insinuaciones del hombre y él la dejó abandonada a su suerte en el cerro.
“A la hora que cruzamos, todos corrieron y a mí me dejaron, yo caminé, a medio cerro se me hizo de noche y ahí me quedé y pues me daba miedo, empecé a oir a los animales, los coyotes bien lejos y me espanté”, recuerda la mujer.
Adriana decidió encomendarse a la Patrona de México y comenzó a rezar.
“Empecé a pedirle a la Virgencita, a Nuestro Señor que ellos me ayudaran, de momento me vino un sueño y me agaché, y vi algo blanco que se me apareció y desapareció y ya no me dio miedo, nada, yo sentía que en el oido izquierdo me respiraba calientito y aquí (en el oido derecho) frío.
La mujer continúo su viaje, caminó por dos días y dos noches y narra que no iba sola.
"A mi lado derecho iba una liebre, iba brincando, yo miraba al animalito que iba conmigo, yo como platicando con él y ya en la noche para amanecer en Año Nuevo, oí cuetes, ruidos, gritos, entonces dije, estoy cerca pero no sabia dónde porque estaba perdida pero no me sentía sola, nada me espantó, siempre estuve acompañada de mi Virgencita chula", continúa la mujer.
Un agente de la Patrulla Fronteriza la localizó y la trató bien, cosa que Adriana atribuye a la protección de la Virgen del Tepeyac.
"Hay gente que no cree en ella, no creen, pero yo sé lo que viví, yo no voy a decir mentiras, porque se me apareció de blanco y luego me sentí bien contenta, pero yo sé que era ella, ella me ayudó y ella me pasó para volver a estar con mis hijos", asevera Adriana.
La señora Pérez concluye que lleva a la Virgen presente siempre en su corazón y no deja de darle gracias por haberle hecho el milagro de protegerla y reunirla con su familia.
