MÉXICO - Las puertas del avión se abrieron y el lujo y la opulencia saltaron a la vista.
"Es un insulto al pueblo de México habiendo tanta necesidad y tanta pobreza", expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario prefirió no subir a la aeronave, la cual nos confirmó uno de sus pilotos, cuenta con la más avanzada tecnología y seguridad y refleja en cada detalle porqué costó poco más de $218 millones.
"Nos permite recorrer 15,000 kilómetros. -¿Cuánta gente puede llevar? Tiene capacidad para 80 personas", detalló el piloto aviador Óscar Barbosa Orozco.
Y los pasajeros viajaban entre ostentación y comodidades: en una área iba la comitiva presidencial, con asientos de primera clase, mesas de servicio, y pantallas individuales.
Los asientos se pueden reclinar completamente, como lo decida el pasajero.
En otra área viajaba la prensa, que también gozaban de privilegios como monitores personales y ventanas que se aclaraban y oscurecían con tan solo tocar un botón.
A través de un acceso se llega a un segundo piso donde hay áreas especiales, para los pilotos y la tripulación.
En su interior tiene seis colchonetas para descanso de las sobrecargos.
Por supuesto, las zonas de uso exclusivo del presidente hacían gala de lo que se invirtió en ellas.
La alcoba presidencial cuenta con una gran cama, pantalla, closet y un baño completo con acabados de mármol.
Junto está la oficina del mandatario equipada con una caminadora, teléfono satelital, un sillón que gira 360 grados y un sofá cama, excesos por los cuales algunos mexicanos se dijeron sorprendidos e indignados.
El jefe del ejecutivo mexicano confirmó que tienen dos candidatos para comprarlo; uno de ellos ya di un adelanto de $1 millón, pero está abierta la posibilidad de que alguien más pueda convertirse en su dueño.