CIUDAD DE MÉXICO - Más allá del allá del castigo divino, la justicia terrenal debe de llegar a los sacerdotes que abusan sexualmente de los niños y es la propia Iglesia católica mexicana la que pide que ese delito no prescriba nunca.
"Las víctimas son primero, ante los ojos de la Iglesia, y no el victimario", afirmó Rogelio Cabrera, presidente del Episcopado Mexicano.
El obispo confirmó que a nivel interno, el Papa determinó que no haya vigencia para que la víctima púeda denunciar a su agresor, pero la leyes mexicanas indican que al pasar 10 años el delito ya no puede ser perseguido.
"No basta con que la iglesia católica a través de un proceso canónico lo expulse del orden clerical", sostuvo.
A decir del religioso, en la última década por lo menos 426 sacerdotes han sido investigados por ese tipo acciones, pero solo una mínima parte ha llegado a la cárcel.
La Iglesia católica justificó su decisión argumentando que las heridas que este delito deja en sus víctimas son para siempre y no solo por el tiempo que dictan las leyes.
Biani López se congratuló de la propuesta. Ella, al igual que un número indeterminado de menores, asegura que fue sexualmente abusada por el sacerdote Fernando Martínez Suárez, quien recientemente fue separado del estado clerical, pero -indica- al igual que otros ha burlado la justicia del hombre.
México
"Se tiene que respetar el derecho de la víctima a denunciar cuando quiere denunciar", dijo López.
Incluso el presidente Andrés Manuel López Obrador coincidió en que este tipo de delitos no deben tener un tiempo definido para ser juzgados.
"Corresponde a los legisladores presentar esta iniciativa", dijo López Obrador.
En tanto, las víctimas de los religiosos pederastas ruegan para que los brazos de la ley abracen a quienes, aprovechándose de que eran niños, los llevaron al infierno.