MÉXICO - El brillo de al menos 22 joyas fue opacado por las manos de criminales que las mutilaron para llevarse lo más valioso.
El escándalo de este robo se hizo público tras la renuncia del extitular del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, Jaime Cárdenas, quien en una carta destacó la falta de las mismas.
Los hechos fueron confirmados por una denuncia interpuesta en enero de este año ante la Fiscalía General de la República, en la cual señalan a empleados y funcionarios como responsables de ese delito.
La indagatoria confirma que los sospechosos tenían acceso a la bóveda donde guardaban las alhajas. Dice, por ejemplo, que a un collar de oro blanco de 14 kilates, le arrancaron 7 diamantes y 7 zafiros, y sustituyeron los 53 diamantes y 23 zafiros de otra gargantilla, entre muchas otras piezas a las cuales incluso les quitaron pedazos de oro.
"Salieron más rateros ellos que a quienes les quitaron las cosas, ¿no?", afirma Sergio González, quien está inconforme con lo revelado.
Al igual que González, muchos mexicanos se dijeron indignados con lo que ocurrió en esa institución creada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para beneficiar, según dijeron, a quienes menos tienen.
"No puede seguir pasando, pero nosotros mismos lo permitimos, no decimos nada, nos quedamos callados", considera Elizabeth Ortega.
Y es que además del hurto, al presentar su renuncia, el exdirector del instituto denunció otras irregularidades, las cuales previamente analistas, como Salvador García Soto, habían puesto sobre la mesa.
"Hay prácticas de corrupción delicadas, desde la manipulación de bienes, hasta la manipulación de subastas", dice García Soto.
Aunque el presidente aceptó los hechos, demeritó los motivos por los cuales Cárdenas prefirió alejarse del gobierno.
"Limpiar que era lo que tenia que hacer Jaime, pero no le entró", dijo López Obrador.
En respuesta, el abogado y catedrático indicó que el problema que lo llevó a renunciar fue que su lealtad a López Obrador “no era ciega“ ante lo que estaba pasando.