BUENOS AIRES — A dos días del estallido de una crisis que ha puesto en evidencia las profundas divisiones en la coalición gobernante, reina la incertidumbre en Argentina sobre si el presidente Alberto Fernández llevará a cabo las reformas ministeriales y de rumbo económico que le reclama la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El presidente todavía no ha dicho si aceptará las renuncias que hace 48 horas pusieron a su disposición varios ministros y funcionarios afines a la vicepresidenta y exmandataria (2007-2015) prolongando así la sensación de desconcierto.
Dos de ellos, el ministro Juan Cabandié, de Ambiente, y el de Cultura, Tristán Bauer, tenían agendadas actividades oficiales el viernes.
LA VICEPRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER LE PIDIÓ UN NUEVO RUMBO
En medio de la pelea que a esta altura libran sin tapujos los dos socios principales de la coalición peronista, varias calles de Buenos Aires amanecieron empapeladas con carteles reclamando una solución: “¡Déjense de joder! Primero la Patria, después el movimiento y luego los hombres”, dicen los afiches que reproducen una de las máximas del líder popular y tres veces presidente de Argentina, Juan Domingo Perón.
El paso al costado que varios ministros se mostraron dispuestos a efectuar ha sido interpretado como una maniobra de presión de Fernández de Kirchner para que el presidente haga cambios que logren revertir la crisis socioeconómica que influyó en la derrota del oficialismo en las primarias del domingo, donde fueron elegidos los candidatos para las legislativas de noviembre.
La crisis recrudeció la noche del jueves cuando la vicepresidenta exigió al mandatario que “honre la voluntad del pueblo argentino” y cambie el rumbo de una política económica que, a su entender, ha dejado de lado a muchos compatriotas.
La crisis que Argentina arrastra desde hace años se profundizó durante la pandemia del nuevo coronavirus. La tibia recuperación que se percibe hace unos meses no es suficiente para amainar una pobreza que afecta al 42% de la población y una inflación anual de más de 50%.
El presidente ha señalado, por su parte, que no le gusta que lo presionen para tomar decisiones.
“No hubo una ruptura abierta pero algo se quebró en la alianza, el gabinete está herido; ninguno sabe cómo salir y están atrapados en una espiral”, dijo a The Associated Press Roberto Bacman, titular de la consultora Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP).
El analista afirmó que “en el peronismo se respeta mucho las figuras fuertes” y “esta indecisión no le hace bien” al mandatario, por lo que es posible que en las próximas horas termine anunciando cambios en su gabinete.
Bacman, asesor en la campaña electoral que llevó a Fernández al poder a fines de 2019, advirtió que dentro de dos meses se celebran legislativas clave que definirán el verdadero peso de las dos principales fuerzas políticas en el país
“Mientras ellos se pelean, la oposición está calladita preparando los cubiertos para comer el asadito”, señaló sobre la posibilidad de que, si el oficialismo no reacciona a tiempo, la coalición Juntos por el Cambio repita la victoria lograda en las primarias.
El peronista Frente de Todos obtuvo 31.80% de los votos en todo el país mientras que Juntos por el Cambio alcanzó 41.50% en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
De confirmarse esta tendencia en las legislativas del 14 de noviembre, el oficialismo perdería el control de la cámara alta y la mayoría simple en la cámara baja, lo que lo obligaría a negociar su agenda con la oposición en sus dos últimos años de mandato.