WASHINGTON — La Cámara de Representantes votó por unanimidad el viernes para hacer pública la información de los servicios de inteligencia sobre los orígenes del COVID-19, en una muestra de apoyo bipartidista en vísperas del tercer aniversario del inicio de la mortífera pandemia.
El proyecto aprobado por 419 votos a favor y ninguno en contra va ahora a la firma del presidente Joe Biden.
El debate fue breve y al grano: los estadounidenses quieren saber cómo comenzó el virus y qué se puede hacer para prevenir brotes futuros.
LA MEDIDA PASA A LA FIRMA DEL PRESIDENTE JOE BIDEN
“El pueblo estadounidense merece respuestas a cada aspecto de la pandemia de COVID-19”, afirmó el legislador republicano Michael Turner, presidente de la Comisión de Inteligencia de la cámara.
Esto incluye, agregó, “como se creó este virus, y específicamente si fue un hecho natural o producto de un evento relacionado con el laboratorio”.
La orden de hacer pública la información se concentró en la información de inteligencia relacionada con el Instituto de Virología de Wuhan, China, y los posibles vínculos entre la investigación realizada allí y el brote de COVID-19 que la Organización Mundial de la Salud declaró pandemia en marzo de 2020.
Las agencias de inteligencia estadounidenses no se ponen de acuerdo sobre si la fuente probable del virus es una filtración del laboratorio o de origen animal.
Los expertos dicen que el origen de la pandemia de coronavirus, que ha matado a casi 7 millones de personas en el mundo, más de 1 millón de ellas en Estados Unidos, tal vez no se conozca por años, o nunca.
“La transparencia es una piedra angular de nuestra democracia”, aseguró el representante Jim Himes, el demócrata de mayor jerarquía de la Comisión de Inteligencia, durante el debate. “Porque sin transparencia los estadounidenses no pueden hacer los sonidos que deben hacer responsablemente como ciudadanos de una democracia”.
El proyecto elaborado por el senador republicano Josh Hawley ya fue aprobado por el Senado.
De ser sancionada, la ley requeriría que en 90 días se haga pública “toda información relacionada con vínculos potenciales entre el Instituto de Virología de Wuhan y el origen de la enfermedad coronavirus”.
Esto incluye información sobre investigaciones y otras actividades en el laboratorio y si algunos investigadores se enfermaron.