Un paramédico de Colorado que se ofreció como voluntario para batallar contra el coronavirus en Nueva York, epicentro de la pandemia en Estados Unidos, murió por complicaciones de la enfermedad.
Paul Cary, de 66 años, formó parte del personal de emergencia de Nueva York y fue enviado a esa ciudad para ayudar a los trabajadores de la salud a contener la la propagación de la enfermedad.
Cary comenzó a desarrollar síntomas del COVID-10 el 19 y fue ingresado en el Hospital Montefiore en el Bronx un día después. Sin embargo, falleció el pasado jueves 30 de abril.
Cary fue bombero y paramédico durante más de 30 años en la ciudad de Aurora.
"Estamos devastados al saber que nuestro padre y abuelo, Paul Cary. Arriesgó su propia salud y seguridad para proteger a otros y dejó este mundo como un lugar mejor. Estamos en paz sabiendo que Paul hizo lo que amaba y en lo que creía hasta el final", dijo su familia en un comunicado.
Un portavoz de la compañía de ambulancias Ambulnz dijo que Cary siempre estaba dispuesto a empezar su turno cuando fuera necesario y contribuyó con cualquier proyecto que fuera necesario.
"Paul hizo el último sacrificio por su país y será recordado para siempre como extremadamente confiable y completamente dedicado a su trabajo", dice la declaración de Vashovsky.
"Lamentamos la muerte de Paul Cary. Su sacrificio y servicio no serán olvidados pronto y su familia está en mis pensamientos y oraciones", dijo el Jefe de Bomberos de Aurora, Fernando Gray.
A Cary le sobreviven dos hijos y cuatro nietos.